Nota: Este artículo es una transcripción de mi respuesta a una pregunta sobre liderazgo realizada durante el primer episodio del podcast de La Forja, el cual saldrá a la luz próximamente.
En la parte 1 de esta serie redefinimos el concepto de liderazgo, con un enfoque que parte del individuo y sin seguidores ni terceras partes a su cargo.
En la parte 2, descubrimos cómo afectaba a un grupo la no existencia de un líder y cuál era la diferencia entre un líder y un jefe.
Si no has leído/escuchado las partes anteriores, te recomiendo que lo hagas. Eso te ayudará a entender mejor el siguiente tema que forjaremos hoy.
La soledad del líder
Esta es una cosa sobre la que tengo una sensación muy clara al respecto.
Sin embargo, cuando he hablado con diferentes personas al respecto de esto, no todo el mundo opina como yo.
Empiezo por el principio.
Yo monté mi primera empresa con 27 años.
Eso significa que tengo claramente la sensación de que, desde que tengo 27 años, yo nunca he tenido compañeros de trabajo.
¿Qué significa eso?
Que yo recuerdo antes de los 27 años sentarme en un bar cuando era la hora del descanso, comiendo con gente con la que yo trabajaba, y recuerdo la sensación de ser exactamente igual que los demás, sentirme igual que los demás y no tener más responsabilidad que los demás ni tener más obligación que los demás.
Recuerdo perfectamente esa sensación de libertad y despreocupación.
Esto no depende de mí al fin y al cabo, yo soy un miembro más de esto y puedo estar despreocupado aquí. Luego volvemos a subir y seguimos trabajamos juntos.
Eso lo recuerdo y lo recordé en retrospectiva hace muchos años porque hacía muchos años que nunca lo sentía. ¿Y por qué nunca lo sentía?
Porque yo entiendo al líder como la persona que tiene la máxima responsabilidad.
En vez de la persona que más manda, yo lo entiendo como la persona que tiene la máxima responsabilidad.
Y eso ya por definición hace que tú no te puedas relajar tanto como los demás, que tú no te puedas permitir tanto como los demás.
Si no que tú estás ahí para ser la última línea de defensa de todo, que todo funcione y tú eres el responsable último de que esa misión funcione.
Si estamos hablando de la conquista del Oeste, tú estás llevando gente de la costa este de Estados Unidos a la costa oeste.
Tú eres el responsable último de que esa caravana llegue.
Y tú tienes una serie de líderes en tu equipo. También tú los has reclutado para esa misión, están enrolados contigo, es una buena misión. Van a sacar su beneficio de ella, van a ayudar a gente.
Pero, si todo se jode, al final solo hay uno, y ese eres tú.
De esa sensación emerge la soledad del líder.
Es decir, aquí la última responsabilidad de todo la tengo yo.
Yo tengo que hacer que esto funcione y no somos 10 personas para hacer que esto funcione.
Podemos ser 10 personas en las que hay 10 líderes en un equipo de 100 personas y yo soy el último líder de todos estos, pero cuando las cosas vengan mal dadas de verdad, solo habrá uno que va a tomar la decisión y ese soy yo.
Cuando haya problemas que resolver y haya decisiones difíciles que tomar, yo no puedo colegiar esa decisión entre el grupo de personas que no están en el nivel de responsabilidad que yo estoy, porque eso sería injusto para ellos.
Es decir, no soy el último líder que decide todo, pero cuando hay un problema grande, sí que me lo subcontratas a mí para que lo sufra contigo y lo decidamos entre todos y la decisión se diluya en el grupo.
No.
Eso es incorrecto.
O eres el líder para lo bueno y para lo malo, o no lo eres.
Esta es mi opinión y se basa en tener un enfoque protector de tu equipo y un enfoque de responsabilidad hacia el liderazgo, no de mandar.
¿Conocemos a jefes (porque yo no diría líderes) que tiran a los pies de los caballos a su gente al primer problema que les llega?
Los conocemos.
¿Conocemos jefes que cuando les llega presión por arriba o por el lado de los clientes o por el lado del mercado, tiran a los pies de los caballos a su gente precisamente para salvarse a ellos?
Los conocemos.
Pero para mí eso es el anti líder.
Con la gente con la que yo trabajo siempre digo:
Lo que salga bien lo hemos conseguido entre todos porque yo no lo puedo hacer todo. Eso es un hecho empírico, está claro. Yo no puedo hacerlo todo.
Las cosas que salgan bien es cosa de todos, pero las cosas que salgan mal es responsabilidad sólo mía.
¿Y cómo puede ser esa asimetría? ¿Si para un lado somos todos, porqué para otro lado no somos todos?
La respuesta es muy sencilla.
Porque aquí el único que tiene todos los botones del cuadro de mando soy yo.
Es decir, que si alguien no funciona y yo no lo he despedido, la culpa es mía.
- Pero es que si alguien no funcionó, no cumplió con su labor. Tú no tienes la culpa…
Ese alguien lo he puesto yo y no lo he quitado. Yo podría haberlo quitado y no lo hice, con lo cual, la responsabilidad es mía. Vayas a donde vayas, al final todo acaba centralizado en una sola persona.
Si sale bien, no es una sola persona porque no lo ha hecho todo.
Pero si sale mal, el último líder podía haberlo cambiado todo. Podría haber rehecho el equipo desde cero, pero no lo ha hecho.
La responsabilidad última la tiene el líder último.
Y es aquí donde yo pienso que, si te das cuenta de cómo es esta situación, hay un momento en el que te das cuenta de que el líder al final está solo.
Eso es lo que yo llamo la soledad del líder.
¿Qué significa estar solo?
Significa que yo no puedo aflorarle una serie de problemas o de circunstancias, de contextos que están ocurriendo ahora al resto de mi equipo, porque si hago eso yo les estoy cargando con más preocupación y más responsabilidad de lo que les corresponde.
Y eso me corresponde comérmelo yo solo y punto.
Vamos a decir un ejemplo práctico, estamos en una organización en la que tú eres el director de un departamento.
No eres el líder último, pero eres el director de un departamento.
Hay una crisis económica, tú vas a un comité de dirección y te indican que a lo mejor va a haber recortes en la plantilla y que no se sabe si se pueden pagar las nóminas dentro de tres meses. No es clara la situación, pero se está mirando y analizando.
Cuando tú salgas de ese comité de dirección, lo último que debes hacer es ir a decirle a tu equipo esto:
Puede que ocurran recortes en la plantilla dentro de tres meses y se están mirando medidas para que no pase y se arregle. Yo se los voy a compartir con todos ustedes en aras de mi transparencia y mi genialidad para que todos ustedes estén informados.
No.
Lo que les estás haciendo es generar preocupación y hacerles sufrir por algo que tienes que sufrir tú solo.
¿Por qué?
Primero, porque puede que eso no se materialice.
Y segundo, porque se están poniendo medidas que el comité de dirección es el que se lo tiene que comer.
Los líderes de cada departamento y el líder de la empresa tienen que intentar resolver ese problema antes de que llegue al resto de gente.
Mientras haya un espacio de tiempo razonable para que no sorprenda a la gente y les coja a pie cambiado y sea malo para ellos, tú no puedes compartir eso.
Cuando tú tengas tus reuniones de departamento y te reúnes con tu gente, tú no puedes decirle, esta es la situación que hay en la empresa, así está de jodido, vengo a compartirlo con ustedes.
Porque ahí lo que estás haciendo realmente es liberarte tú de esa presión y de esa responsabilidad y estás preocupando a gente que no tiene la capacidad.
No está en su mano la capacidad de resolver eso, con lo cual no puede jugar ningún rol en resolver eso, solo está la expectativa.
Eso es erróneo y, por tanto, ahí tú debes estar solo, que es por lo que yo parto de que el líder primero debe ser un líder solo, antes de tener gente a su cargo.
Debe ser un líder, solo.
Acostumbrado a aguantar presión, solo.
Acostumbrado a tener que resolver una situación, solo.
Y luego, cuando tenga a N personas a su cargo, si los tiene, le vendrá fuego que él tendrá que soportar…
Solo.
Y tú dirás:
- Oye, ¿y cómo no eres desleal a tu equipo si no le afloras la situación?
No.
Evidentemente, tú se lo tienes que aflorar en un momento determinado.
Si hablamos de tres meses y vemos que falta un mes y esto no se ha arreglado, entonces tú ahí si empiezas ya a explicar que hoy estamos en esta situación, que estamos haciendo todo lo posible por arreglarlo, llevamos dos meses en ello y todavía hay margen, pero quiero que lo sepan ya.
Ahí lo estás haciendo bien dando un margen, pero no estás preocupando antes de tiempo.
Eso sería un ejemplo concreto.
Entonces, por esa razón que digo que, al final de todo, le podemos dar las vueltas que queramos, el líder está solo y debe estar solo ante situaciones determinadas.
Si no está solo, para mí lo está haciendo mal.
Si comparte todo con la gente, se abre completamente a la gente y tiene que ser todo decisiones colegiadas…
Míralo desde esta perspectiva, está trasladándole presión a gente a la que no se lo debe trasladar y además no pueden hacer nada con ella.
Esa no es tu labor.
Tu labor es cortar presión a los demás, dejar que trabajen y crear un clima de seguridad.
No de engaño. Siempre transparencia. Pero no antes de tiempo.
No nos engañemos.
- Pero es que yo soy muy transparente.
No, lo que estás es trasladándole una presión a tu equipo que no deberías trasladarle.
Eso es lo que estás haciendo mal, aunque tú lo llames transparencia.
Te lo tienes que comer tú solo.
Vamos a darle la vuelta.
Hay que conseguir unos objetivos de ventas, y si no, hay que despedir a dos personas.
¿Qué pasa, que estamos amenazando todo el año con esto? ¿O eres tú el que te lo llevas a tu casa, te lo duermes, te lo despiertas y sientes esa presión que solo debes sentir tú para ver cómo se consigue eso?
Y luego tienes que motivar a tu equipo, tienes que exigir a tu equipo, tienes que facilitar a tu equipo para que lo pueda hacer.
Pero sólo a ti te corresponde llegar a ese número.
Sólo a tí, no a ellos.
Hay un momento en el que, por mucho que quieras, no puedes compartir cosas con tu equipo porque no es lo correcto y en ese momento el líder está solo.
Eso es lo que yo llamo la soledad del líder.
Cuando Cristóbal Colón iba a descubrir América con su tripulación, hubo un momento determinado (si no varios) en el que no sabía donde estaban en medio del mar, no sabían cuanto tiempo iban a tardar en llegar a donde ellos creían que iban a llegar, y no sabían si iban a llegar.
Él hizo todo lo que pudo para que no se armara una alarma y un miedo en la tripulación innecesario porque había posibilidades de llegar y él sabía que si revelaba la situación real, que él sabía que existía, podían pasar cosas muy malas en ese barco.
Entre ello que lo mataran a él, que se mataran entre ellos o que hicieran cualquier tipo de cosas no llevadas del sentido común ni de lo razonamiento frío.
Entonces, él se lo guardaba para él, se iba a su camarote por la noche, y siempre me lo imagino (con el nivel de presión que tenía que tener Cristóbal Colón) lléndose a dormir diciendo:
No tengo ni puta idea de dónde estamos, estamos tardando más de lo que yo pensaba.
Igual nos hemos equivocado, igual no es la ruta, igual está más lejos… Igual lo que sea, pero me tengo que callar.
Me tengo que callar porque si no se puede armar la de Dios aquí.
Ahí no tengo muy claro que no le faltara transparencia en un momento determinado, pero vamos a quedarnos con la parte de que al final esa persona estaba sola.
Él sabía que, si a su persona más cercana de todas si le filtraba esa información o solo por liberarse él, porque imagínate la presión que sentiría, eso podía ya correr por toda la tripulación y dar al traste con la empresa.
Con lo cual, eso es lo que yo visualizo como la soledad del líder.
Con toda esta reflexión te quiero decir lo siguiente.
Tienes que estar acostumbrado a poder hacer cosas por ti mismo, solo.
Tienes que poder llevar esas cosas adelante por ti mismo, solo.
Tienes que poder soportar presión y aguantar responsabilidad por ti mismo, solo.
Porque creo que todo eso es lo que te va a habilitar para ser un buen líder.
Primero para tí y luego para los demás.
Y la soledad del líder es muy real.
¿Te acuerdas de la imagen que te pintaba al principio sentado en un bar durante la hora del descanso?
Hay un momento en el que sí puedes compartirlo todo, hay otro en el que no puedes compartirlo todo.
Eso es a lo que yo llamo la soledad del líder y creo que eso es lo que debe sentir un buen líder.
Al menos en algunas situaciones se va a sentir así.
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