Es imposible que un hombre aprenda lo que cree que ya sabe. Epicteto.
Conocimiento profundo, epidérmico y basura.
Desde hace algún tiempo están de moda los modelos mentales, sobre todo entre las personas a las que les gusta aprender y mejorar.
Esto no es una mala noticia, sino buena, pero quiero prevenirte porque está tan de moda que es un problema separar el grano de la paja y utilizar el enfoque adecuado, como ocurre con muchas modas.
Es un problema porque se han popularizado, especialmente (aunque no únicamente, por fortuna) como herramienta para mejorar la toma de decisiones. Así lo confiesan algunos que los popularizan, al menos.
Modelos mentales para mejorar tu toma de decisiones.
Algo así muy Business, muy de revista de aeropuerto para no directivos que parece para directivos y que leen los no directivos mientras los directivos trabajan.
No hay nada de malo en querer mejorar en la toma de decisiones, pero sí es negativo considerar los modelos mentales sólo bajo esa visión reduccionista del conocimiento.
“…una combinación del modelo mental de La navaja de Occam y el modelo Aleación te abrirá las puertas al liderazgo efectivo de equipos, ayudándote a distinguir lo redundante para eliminarlo y generar eficiencias, mientras creas equipos sinérgicos diversos para que 2 + 2 sume más que 4”.
Autor: Perry Perrinson.
Certified Coach IATF. Nunca ha trabajado en la vida real.
Quiero ser jefe. Y listo. Número 3143.
De regalo unas gafas de sol de ejecuta moderno.
Este tipo de enfoque es muy propio de alumno y profesor de MBA caro para mediocres a los que les gusta más pagar mucho para tener un emblema que certifique lo que no son, que aprender realmente a fondo y poner a prueba el conocimiento en la práctica corriendo riesgos para llegar un día realmente a ser algo.
Lo que pasa es que esto último se consigue más bien interesándote por el conocimiento profundo, poniéndolo en práctica sobre la propia piel y exponiéndose a las consecuencias de las malas y buenas decisiones tomadas.
Así tienes los incentivos alineados para interiorizar lo aprendido después de haberlo pulido.
Esta moda, en definitiva, se ha popularizado más entre el tipo de público que puebla consultoras con mejores oficinas que consultores, empresas con más branding que talento y clubes sociales para señalizar estatus, que entre los que prefieren pasar tardes con el conocido del bar de abajo. ayudándole a poner en orden el negocio.
Esos que saben que, en realidad, a quien está ayudando es a sí mismo al poner a prueba realmente qué es eso del margen bruto, el coste de estructura, el EBITDA y cómo se cobra y cómo se paga, que le han explicado en su MBA barato o en los vídeos de Youtube que ha estado viendo.
Una pregunta: ¿tú como crees que aprendes mejor esos conceptos, asociándote con el del bar y poniendo la mitad de tus ahorros porque crees en el proyecto, pero sabiendo que tiene que estar bien gestionado, o haciendo un examen y enseñándole la mochila de tu MBA caro a tus amigos?
Es para un amigo.
Yeah, well, you know, that’s just, like, your opinion, man. The Dude.
The Big Lebowski.
Recuerda cuestionártelo todo. Por supuesto este artículo, que no es más que mi opinión.
Sobre conocimiento profundo, el único al que llamaremos realmente conocimiento, por contraposición con el epidérmico, al que en algunos casos podríamos llamar directamente basura, y sobre asumir consecuencias positivas y negativas de las acciones sobre uno mismo, hablaremos en otra ocasión en La Forja.
Hoy toca una introducción a los modelos mentales, cómo enfocarlos, y que te hable de uno que te puede ser útil.
Modelos mentales
Un modelo mental es una representación mental abstracta de algo que existe en la vida real, cómo es y cómo funciona.
Ni más ni menos.
Lo que existe es normalmente tan complejo que no podemos operar con ello de manera productiva con nuestra limitada mente.
Por eso extraemos (cuando somos capaces) simplificaciones de esa realidad en forma de abstracción, de sistema con determinadas variables y relaciones entre ellas, que representan a la realidad.
Esta simplificación sí es operable y mucho más cómoda de manejar para nuestra mente.
Veamos un ejemplo:
En Física de bachillerato se estudia tiro parabólico.
Las ecuaciones del tiro parabólico predicen dónde va a caer un proyectil (un elemento) con una precisión tan asombrosa que es la base para calcular cientos de aplicaciones útiles para la vida humana.
Desde cómo aterrizar un vehículo en otro planeta a cómo calcular adecuadamente el chorro de aspersores de riego en agricultura extensiva para optimizar agua.
La complejidad real de entender todos los detalles de lo que pasa con un proyectil (sea una nave espacial o una gota de agua) mientras viaja sometido a fuerzas e interacciones con elementos naturales es tan brutal, que es casi obsceno que con un modelo tan simple como el del movimiento parabólico seamos capaces de acertar un carajo.
Pero acertamos.
Eso valida el modelo: podemos calcular la trayectoria de un proyectil con gran precisión utilizando el modelo mental del tiro parabólico porque en la realidad funciona.
Y esa es la potencia de un modelo mental: su enorme simplificación de la complejidad, habiendo extraído y abstraído las claves que influyen más en el comportamiento de lo que estamos modelando y que sea suficiente para que funcione.
Esto nos permite, nada más y nada menos que:
Computar algo muy complejo siendo, como somos, mucho más limitados
Utilizar ese conocimiento simplificado y manejable en aplicaciones útiles para la vida resolviendo problemas
Transportar conocimiento de un dominio a otro, gracias a que el modelo es una abstracción
Podemos utilizar modelos que hemos aprendido en Física en otros dominios del conocimiento, como el comportamiento humano.
Es por esto que interesan los modelos mentales: te permiten entender mejor el mundo y aplicar ese conocimiento a… todo lo que seas capaz.
Es por eso que son potentes.
Fíjate en que son abstracciones como las que te he recomendado ya ir construyendo porque pueden ayudarte a formar sólida roca de conocimiento que no envejece fácilmente.
Puedes extraer modelos mentales de cualquier lugar
El otro día una niña describía así una serie de casas que conocía:
- La casa de la abuela es agradable para jugar en el espacio abierto.
La casa de la otra abuela es íntima, como para leer.
La casa de tío está en el campo y es para estar tranquila en la naturaleza.
La casa de la playa es para estar cómoda y alegre.
La niña estaba describiendo las casas según las emociones que le inspiraba cada una.
Curioso enfoque.
¿Cómo describiría esas mismas casas un arquitecto?
Como espacios, volúmenes y sus relaciones con las personas, seguramente.
¿Y un ingeniero?
Como estructuras que soportan pesos y están sometidos a fuerzas, seguramente.
No creo que dijeran que la casa es íntima para leer o estar cómodo y alegre.
La niña estaba analizando desde una perspectiva emocional y los técnicos… desde una perspectiva técnica. Si abstraemos lo que hace parecer a una casa íntima o alegre tendremos un modelo.
Utilizar modelos mentales de diferentes ámbitos puede enriquecer tu comprensión de un fenómeno.
Llevarte modelos mentales de un ámbito a otro puede darte ángulos originales para entender mejor qué está pasando.
Otro ejemplo:
Si eres un guitarrista, hay formas de tocar que no se te van a ocurrir por la propia forma de la guitarra, su mástil, la disposición de sus cuerdas y cómo se mapean las notas en ellas.
Sin embargo, si pasas un tiempo escuchando a otros instrumentistas, como saxofonistas o pianistas, puedes darte cuenta de formas de enfocar la música, de construcciones que hacen, que nunca se te hubieran ocurrido como guitarrista porque son más cómodas y evidentes en sus instrumentos.
Habrás descubierto modelos abstractos, estructuras que puedes llevarte del saxo a la guitarra.
Si utilizas esos modelos en la guitarra, puedes enriquecer tu forma de tocar.
Lo que se ve y lo que no se ve
Desde que leí en su día el ensayo de Frederic Bastiat “Lo que se ve y lo que no se ve”, cuya parte más conocida es la parábola o la falacia de la ventana rota, me pareció espectacular.
Primero como análisis y explicación en el ámbito de la economía para explicar el fenómeno que estudia - de forma brillante, por cierto - pero luego, sin darme cuenta, se fue convirtiendo en un modelo mental de uso propio y acabó siendo uno de los que más aplico.
No he visto este modelo mental mencionado en ninguna literatura que haya manejado sobre modelos mentales, lo que indica varias cosas: puede ser que esté en algún texto que no haya leído (eso es perfectamente posible) pero lo que es seguro es que, como yo no lo sé, se pueden crear modelos mentales propios sobre ideas y conocimientos que tengas tras analizar o conocer algo.
No es necesario que repitas lo que leas en un libro sobre modelos mentales, ni que creas que esas son las únicas posibilidades.
Si creas tus propios modelos porque te son útiles como abstracciones que has aprendido en un dominio y eres capaz de aplicar a otros dominios, mejor aún.
Reflexiona sobre lo que te parezca interesante y no lo dejes perderse tras la primera exposición. Al hacer ese proceso puede que vayas encontrando tus propios conceptos y modelos clave con los que ir rellenando tu caja de herramientas forjadas por ti mismo.
Para eso entras a La Forja.
Volviendo a lo que se ve y lo que no se ve, este modelo lo aplico y me gusta tanto porque pone el acento en lo no evidente.
En lo que no está allí.
Y eso me parece muy potente…
Todos tenemos una inclinación obvia y justificable a pensar sobre lo que está visible. Sobre eso analizamos y proponemos soluciones. Podemos ser muy buenos en eso, pero eso se puede mejorar.
Ahí está faltando algo muy valioso.
Hemos llegado, hemos visto una serie de hechos y hemos trabajado con ellos para entenderlos bien y diseñar alternativas a partir de ellos. Pero lo que no hemos hecho es preguntarnos qué es lo que no está presente.
Qué hechos faltan y podrían estar allí, pero no están.
Esto no es evidente, porque lo evidente es lo que tenemos encima del banco de trabajo, pero si el carpintero para y se pregunta:
¿Qué es lo que no tengo en la mesa de trabajo?
Aparece una nueva superficie ampliada sobre la que analizar, descubrir objetos nuevos y utilizarlos para entender la situación desde más altura, con mayor perspectiva y/o diferentes ángulos que permiten diseñar soluciones más originales, más ricas.
Vamos a ver un ejemplo en la vida real de la utilización de “lo que se ve y lo que no se ve” en un ámbito completamente distinto al que Bastiat lo aplicó cuando reflexionó sobre ello:
Recientemente me sentaba con un potencial cliente interesado en consultoría para su empresa y comentábamos la posibilidad de que pudiéramos ayudarle con sus líneas de negocio, sus productos y su proceso de Marketing y ventas.
Para esto, todo empezaría por analizar esas líneas de negocio, el portfolio de productos y servicios que las componen actualmente y entender cómo encajan en la estrategia y los objetivos de la empresa.
Cuando hablamos del portfolio de productos le conté al cliente que analizaríamos los productos que comercializaban actualmente y que el resultado de ese análisis tendría un aspecto similar a este:
Aparecerán productos que recomendaremos eliminar, atendiendo a la estrategia y objetivos de la empresa, porque están desalineados
Otros podría ser que recomendáramos potenciarlos, porque tienen más potencial que el que están realizando ahora mismo porque otros que no deben consumir recursos los consumen
También habrá productos que se mantendrán como están.
Hasta aquí bien.
Hasta aquí lo que se ve.
Hasta aquí está lo bien o mal que se entienda la empresa por parte de la consultora que haga el trabajo, el sentido de cada producto del portfolio en la misma y cómo cristalizar de manera accionable las recomendaciones de eliminar, potenciar o mantener, ya que eso implicará acciones concretas y cambios.
Pero lo que sorprendió al cliente fue que le explicara que también analizaríamos lo que no se ve.
Los productos que no tiene, pero debería tener porque existe la demanda, su tipo de empresa tiene los recursos para comercializarlos y encajan estratégicamente.
Eso es lo que no se ve y donde muchos no irían a buscar, pero donde hay mucho valor oculto porque podría ocurrir, por ejemplo, que del portfolio actual la mitad deba desaparecer y tengan que entrar productos nuevos que hoy no existen para la empresa.
Pero es más difícil considerar lo que no está que ponerse a arreglar directamente lo que está.
Este fue el dibujo sobre el que le expliqué esto:
Si estás acostumbrado y has interiorizado el modelo mental de lo que se ve y lo que no se ve, hay cosas que vas a analizar y te saldrá natural aplicarlo.
De eso se trata.
Para eso son útiles los modelos mentales: para entender el mundo alrededor tuyo, analizar cosas y diseñar soluciones con una riqueza de ángulos lo más variada posible.
Esto es un ejemplo profesional concreto y como este podríamos mencionar muchos, pero lo puedes aplicar a todo en la vida, como suele ocurrir con el conocimiento profundo.
De ahí mi crítica al inicio sobre cómo se está desperdiciando potencial de conocimiento como los modelos mentales con usos rupestres de MBA de cartón piedra, de falso techo.
Lo que se ve y lo que no se ve… en tu vida
Hemos dicho que esto se puede aplicar a todo en la vida.
Vamos a ver si es verdad.
Tienes una vida en la que estás haciendo unas cosas determinadas, como estudiar Estúdiolos, trabajar en Empresoide y ver series malas cada noche.
Admítelo.
Está bien.
Está OK.
Eso es lo que se ve.
Mucha gente vive su vida en piloto automático. Sus padres los apuntaron en Karate y ya van para cinturón negro.
- Pero si a mi no me gusta el Karate, coño.
¿Qué cojones hago haciendo esta gilipollez?
Me cago en que mis padres vieran Karate Kid y me apuntaran en esta mierda.
Mañana meto el kimono en la basura y paso a comprar la guitarra eléctrica para principiantes.
Mira a ver si estás haciendo algo que no te has planteado ni por qué lo haces, sino que simplemente formaba parte del paisaje y no te planteaste por qué estaba allí.
Lo que se ve ocupa mucha superficie, pero no cometas el error de creer que es lo único que existe.
Lo que no se ve puede que sea más grande, más importante y/o más interesante que lo que se ve:
¿Qué es lo que no estás haciendo en tu vida?
Piensa en el tamaño de esa superficie que está a oscuras.
- ¿Estás ayudando a alguna organización de niños con problemas?
- No
- ¿Por qué, si siempre lo piensas?
- Ya, no se…
- ¿Estás aprendiendo a tocar algún instrumento musical o te limitas a envidar a los que escuchas en las canciones?
- Ojalá supiera…
Pues sábelo.
Y ponte y hazlo.
¿Quién te lo impide?
Lo que no se ve, eso te lo impide.
- ¿Estás preparándote mejor físicamente o estás viendo en Instagram fotos y vídeos de gente de Australia a la que nunca conocerás - y que podrían ser deepfakes rusos que no existan - enseñándote sus logros en Crossfit?
- Ya… es que
Ponte y hazlo.
Sabes lo que estás haciendo, pero ¿sabes lo que no estás haciendo?
¿Vale más o menos para ti a largo plazo algo de lo que no haces que algo de lo que sí haces?
Si es así, incorpóralo en tu vida quitando lo que haces por inercia que no vale un carajo o simultanéalo con lo que ya hacías si merecía todo la pena.
Por cierto, descansar y cuidarte merece la pena, eso mantenlo o incorpóralo.
Algunos ejemplos del aspecto que tienen las cosas que podrías descubrir en lo que no se ve si lo analizas un rato:
Dejar tus estudios o tu trabajo e irte a otra ciudad donde se aprende lo que querrías estar haciendo a un nivel alto dentro de unos años (ejemplo heavy).
Ponerte a leer sobre lo que quieres aprender más, quitando basura de lo que haces hoy para no tener la excusa de que no tienes tiempo (ejemplo soft). Desde luego viendo la 7ª temporada de la serie que vas a olvidar tan pronto como acabes, aunque te parezca hoy que terminarla es la misión de tu vida, no vas a tener tiempo.
A lo mejor crees que estos ejemplos, el heavy y el soft, son sólo retórica, pero no lo son.
Entre la gente con la que he hablado de esto hay científicos investigadores que han dejado la investigación (lo que se veía) para irse a trabajar a empresas donde sus intereses iban a prosperar más (lo que no se veía por la carrera que había seguido en piloto automático).
A lo mejor en La Forja va a aparecer próximamente alguien con una historia de este tipo, por si te parece heavy.
También hay gente que ha parado su consumo obeso de Netflix, y ha cogido un libro para subrayarlo, tomar notas y trabajarlo. Y todavía le queda tiempo para ver Netflix, pero sin obesidad.
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José Fortes - La Forja.
josefortes@substack.com
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