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Artículos clásicos de La Forja por si no los has leído aún:
Esta semana te recomiendo estos artículos para que te pongas al día o para que los refresques:
#23 - El Emprendedor, el Ejecutivo y el Status Quoista - Parte 1
#24 - El Emprendedor, el Ejecutivo y el Status Quoista - Parte 2
#25 - El Emprendedor, el Ejecutivo y el Status Quoista - Parte 3
Knowing was a barrier which prevented learning.
Children of Dune
En el artículo #46 te hablé de 5 claves para aprender bien.
Muchos me han preguntado pidiéndome profundizar en ellas.
En el artículo #69 te hablé de la definición y su vital importancia.
En este artículo sigo contándote más detalle sobre otro de los 5 elementos clave para aprender bien: la inversión.
Lo inverso enseña tanto como lo directo
Imagina que desde niño te fuera muy bien en clase.
Imagina que te fuera mejor, que fueras sobrado.
Tal vez esa sea tu experiencia.
No le das especial importancia porque es la única experiencia que conoces.
El sistema educativo está hecho para premiar justo eso que tú haces sin esfuerzo: entender rápido, recordar fácilmente y resolver con agilidad.
Por eso fuiste con viento de cola allí.
Siempre he criticado el sistema educativo por los enormes fallos sistémicos que tiene, pero eso lo contaré otro día en detalle. Necesitaré una serie de artículos para hablar de esa fábrica de clones obedientes que penaliza el pensamiento crítico y la originalidad. La maquinaria trituradora que exige sumisión incuestionable a su culto.
Pero cuando pensaba que tenía claros todos los puntos por los que el sistema era nefasto, descubrí una nueva dimensión de barbarie.
Ese día pasó de no gustarme a parecerme que perpetra un crimen de lesa humanidad, aún no reconocido como tal.
Ese día invertí la situación que conocía para hacer el experimento mental de pensar cómo sería la inversa.
Un día me pregunté esto:
Y… ¿Si en vez de ir sobrado en clase, fueras el que más le cuesta?
¿Cómo sería ir todos los días a clase sabiendo que vas a “fracasar” otro día más?
Ponerme en los zapatos del que más le cuesta todo me reveló un infierno de características inhumanas que no había logrado atisbar hasta ese momento.
El aspecto del abismo
Me imaginé el día a día viviendo como ese otro alumno, el que todo le cuesta.
El “peor” de la clase.
Este es el aspecto que tenía:
- Ya lo sabía, otra vez no me entero de lo que están diciendo en esta clase.
- Dios santo, no entiendo nada. Espero que no me pregunten a mí.
- Trigonometría, otra cosa que no voy a poder entender. No se me da bien esto.
- Otra cosa nueva, otra cosa que no se me da bien, porque nada se me da bien.
- Nada se me da bien, porque soy torpe; no sirvo para nada.
- No voy a poder hacer nada en la vida porque está claro que soy un inútil.
Ahora piensa en un niño, en un adolescente, sin su personalidad aún formada completamente y sin tiempo para tener su autoestima apuntalada.
Piensa que va todos los días a “fracasar” en el infierno del sistema educativo.
Se me ocurren pocas cosas peores que vivir.
Cada clase es una derrota.
Cada compañero es un testigo de lo inútil que es.
Cada nota le acerca a la sentencia final.
Todo sistema que define el valor de un niño por una nota, está diseñado para destruirlo.
Eso, aún siendo una película de terror para adolescentes, no es el verdadero crimen.
El crimen no es que le cueste aprender lo que enseñan en la fábrica de clones.
El crimen es que sí aprende muy bien que es un inútil y no vale para nada.
La sentencia final, como el último clavo en el ataúd de su autoestima, que tendrá clara en algún momento.
La repetición continua del mensaje desde el sistema se asegurará de ello.
Afortunadamente, hay un grupo de personas y personalidades tan impermeables a los mensajes externos espurios, con capacidad de cuestionarse si esa experiencia les tiene que definir para siempre y en todo, que son capaces de recibir toda esa represión educativa y mearse en ella.
Mis saludos a ellos.
Pero son excepciones.
Y no podemos vivir de excepciones.
El sistema no mide lo que sabes. Mide si sabes justo lo que necesita para fabricar clones obedientes. Y si no encajas en su plantilla, te mide para hacerte tu ataúd y enterrarte.
Inversión: la linterna que ilumina lo que no se ve
Esto es lo que hace la inversión: te ayuda a ver el reverso de las cosas.
Lo que no se ve porque no está iluminado.
La inversión de lo establecido es la herramienta que te permite ver lo que los demás ni saben que existe.
No para estar en contra necesariamente, sino para entender mejor el mundo.
Invertir un concepto, un rol, una experiencia… no es una excentricidad intelectual. Es una herramienta para aprender de forma práctica y profunda.
Sabes que eso es lo único que me interesa recomendarte.
Invertir para aprender o crear no es negar. Es alumbrar lo que está oscuro.
La inversión no solo sirve para aprender mejor. También es una herramienta útil para innovar.
No porque te dé ideas interesantes per se, sino porque te ayuda a cuestionar y replantear lo que otros dan por hecho.
Ver lo que nadie ve es más fácil cuando piensas en lo que nadie piensa.
La mayoría aprende a reproducir lo que ha entrenado en base a repetición. No a desmontar, entender fundamentos, cuestionar y repensar desde cero cómo podría ser de otra forma. En este caso: cómo podría ser de forma inversa.
¿Cómo podrían funcionar todos esos planteamientos?
Planteándote esto, puedes descubrir:
Ideas valiosas no esperadas.
Nuevas preguntas interesantes.
Respuestas originales.
Lo más interesante no siempre está en lo que protagoniza la foto. A veces, está en el espacio negativo.
Empieza a utilizar la inversión como nueva herramienta para aprender
Aquí tienes 3 maneras de practicarla desde hoy:
1. Inversión de rol: cambia tu rol en una situación cotidiana y pondera lo contrario de lo que sueles ser o hacer.
Si sueles liderar reuniones: imagina que no puedes hablar en toda la sesión y solo puedes observar.
Pruébalo.
Si no sueles liderar, pero te quejas de quién lidera, imagina que lideras tú.
Observa qué patrones emergen que antes no notabas respecto a:Poder
Aburrimiento
Desconexión
Si sueles entender todo rápido, actúa como si no entendieras nada y ponte en los zapatos de quien no puede seguir el ritmo.
¿Cómo cambia tu relación con la situación?
¿Y con los demás?
¿Qué pequeños cambios te harían entender y aportar más?
Si sueles ser el que da feedback a tu equipo, imagina dejar de darlo y pasar solo a recibirlo.
Pruébalo.¿Qué tipo de feedback surge cuando tú no lo diriges?
¿Cómo se comportan los demás sin ese feedback? ¿Se autorregulan? ¿Emerge alguien que coge la responsabilidad de darlo?
¿Qué aprendes sobre tu capacidad para recibir feedback? ¿Te pones a la defensiva?
Invertir tu rol es ver lo que no puedes ver desde tu situación actual.
2. Inversión de orden: cambia el orden lógico de lo que haces y rompe la secuencia habitual. Fuerza un nuevo orden.
Si estás escribiendo un informe: Redacta primero la conclusión. Luego piensa en qué tendría que pasar para que esa conclusión sea inevitable.
¿Qué descubres?
Si preparas una presentación: Empieza diseñando la última diapositiva.
¿Cuál sería el final perfecto? Ahora trabaja hacia atrás para que se cumpla.
Si estás creando un producto: Imagina que tus clientes ya lo usan y les encanta.
¿Qué tuvo que pasar antes para que llegara ahí?
¿Qué hiciste diferente? Extrae patrones para otros casos.
Invertir el orden es llegar a la causa desde el efecto.
3. Inversión conceptual: piensa en lo opuesto a lo que estás considerando o representa el status quo.
“Hay que especializarse para tener éxito.”
¿Y si lo contrario fuera mejor?
¿Cómo podría serlo?
Describe ejemplos en los que funcionaría justo lo contrario.
“Para ser productivo, hay que tener todo el tiempo tasado en tareas concretas.”
¿Y si el espacio sin tasar fuera esencial para la creatividad y para generar ideas valiosas?
¿Cómo podrías producir más con menos tareas?
¿Cómo puedes generar más impacto con menos tiempo tasado, pero no dispersarte de forma infinita?
“El cliente siempre tiene la razón.”
¿Y si el cliente no sabe lo que quiere?
¿Qué decisiones tomarías si no intentaras darle lo que quiere, sino educarle en lo que tú crees que es mejor?
¿Cómo harías funcionar esto en modelos de negocio súper intensivos en trato al cliente?
Invertir conceptos te permite descubrir qué se ve desde el otro lado de ese concepto.
Bonus para innovadores y emprendedores:
¿Y si el cliente no te paga por tu servicio, sino que tú le pagas a él, cómo ganarías dinero?
¿Y si no es con una startup, sino a través de una comunidad, cómo podría funcionar?
¿Y si en vez de escalar, eliges desescalar, cómo podría mejorar tu negocio así?
Lo que parece absurdo al principio es muchas veces el lugar donde empieza la innovación.
Empieza a dedicar algún tiempo semanal a pensar en invertir y empieza a descubrir el valor de lo que no se ve.
Pensar de forma clara y creativa se basa en considerar lo que se ve y lo que no se ve.
Para eso puede ayudarte pensar en lo inverso.
Utiliza la inversión para diferenciar tu forma de aprender.
Ser capaz de pensar de forma inversa no es solo poder aprender diferente. Es decidir no ser esclavo de lo heredado.
Lo que más me gusta es aprender. Eso también es cierto para conocer qué te ha parecido este artículo y qué te parece La Forja.
Cuéntame eso o cualquier otra cosa que quieras decirme mandándome un correo a josefortes@substack.com.
Esta serie de artículos que profundizan sobre las 5 claves para aprender bien me está resultando muy útil e interesante, gracias José. También espero conocer en detalle tu punto de vista acerca del sistema educativo en un próximo artículo.