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Artículos clásicos de La Forja por si no los has leído aún:
Esta semana te recomiendo estos artículos para que te pongas al día o para que los refresques:
#58 - EBITDA como herramienta de gestión, no como concepto contable
#59 - El imperio del valor intrínseco: libérate de la validación externa
Don’t say things. What you are stands over you... and thunders so that I cannot hear what you say to the contrary.
Ralph Waldo Emerson
Hay una fantasía en la que la mayoría de la gente vive, y en la que yo viví mucho tiempo, hasta que reflexioné sobre este tema, en pasos incrementales, y llegué a mi conclusión.
Esa fantasía es que alguien Es… un ingeniero, alguien Es… un economista, porque ha estudiado la carrera de ingeniería o economía.
Yo también lo creía, porque nací en Matrix, en nuestra sociedad, y pasé por el sistema educativo. Siempre fui cuestionando cosas, como ya sabes bien si lees La Forja, pero avanzas paso a paso. Tardé décadas en tener un criterio claro sobre este tema.
La realidad para mí desde hace tiempo es tan obvia que es casi ofensivo no haberlo sabido antes, pero logras generar un criterio sobre las cosas cuando logras crear un criterio sobre las cosas.
Tengo pensado hacer una sesión por videollamada en la que responda preguntas y comentemos intereses de los lectores de La Forja.
Así aprovechamos lo que algunos me preguntan y comentan para que llegue a más gente.
Si respondes que sí, manda tu pregunta a josefortes@substack.com
Del ente es ser y del ente no es no ser
Así dice el poema ontológico de Parménides de Elea, uno de tus favoritos de la escuela eleática, lo sé.
No vengo a hablarte de Parménides hoy, pero de igual manera que él se preguntó qué era el Ser, yo también reflexioné sobre qué significa Ser.
No eres ingeniero ni economista porque tengas un título que diga que lo eres.
El mundo real no valida etiquetas, valida resultados.
Esa es mi doctrina.
Ahí puedes dejar ya el artículo e irte a reflexionar.
Si sigues, sigo yo.
Creo que un título ni siquiera dice eso, sino que has cursado y acabado la carrera de ingeniería o economía. De esto no estoy seguro y no voy a mirar un título para ver lo que dice.
Tú lo sabrás si te interesa eso. Yo ni siquiera miro qué ha estudiado alguien cuando contrato, sino qué sabe y puede hacer. De hecho, a veces le pregunto a alguien que lleva años en mi equipo:
- ¿Tú qué habías estudiado, administración y dirección de empresas?
- No, arquitectura.
- Ah, OK.
Ser no es un título; es un resultado.
Te voy a dar una sorpresa:
Eres un ingeniero si haces ingeniería.
Eres un estratega si te dedicas a la estrategia.
¿Hay títulos de grado en estrategia?
No.
Pero hay estrategas.
¿Hay títulos de inversor en startups?
No.
Pero hay inversores en startups.
Si hacen estrategia e invierten, entonces Son estrategas e inversores.
Eso es Ser.
Eres ingeniero si ingenias soluciones a problemas dados en un tiempo dado y con unos recursos dados.
Si haces eso, haces ingeniería.
Si haces ingeniería, eres ingeniero.
Hacer.
El verbo por excelencia de la acción.
El verbo que odian los intelectuales de salón (ahora más bien de Internet), falsos profetas y todo tipo de fraudes que no han hecho nada en su vida. Pueden mostrarte sus títulos o sus 50 libros leídos al año como si significaran algo.
Quien no arriesga y gana en la arena, presume siendo expectador en la grada.
Lo único que importa es lo que se hace, porque es lo único que genera resultados.
Por sus obras los conoceréis.
Mateo 7, 15-20.
Ya hace 2.000 años (y 5.000 también) sabían que cualquiera puede decir lo que quiera, pero lo que importa es hacer.
El hacer es la frontera entre la fantasía y la realidad.
Sobre los resultados
Los resultados obtenidos en el mundo real al hacer tu acción, ya contienen toda la cadena de valor sobre lo que eres.
Los hechos son un idioma universal, todo el mundo lo entiende.
Se puede inferir de forma inversa esa cadena de valor del Ser y ya no hace falta mostrar un título para pretender que eres algo:
Resultados potentes en el mundo real → Eres muy bueno → Sabes mucho → Has aprendido mucho.
El mérito no necesita ser proclamado; se manifiesta por sí solo.
Con resultados potentes ya sabemos que eres un ingeniero, economista, directivo, emprendedor, inversor o amigo bueno.
No hace falta que enseñes el título de amigo.
Viendo cómo ayudaste a otro amigo cuando lo necesitó y no pediste nada a cambio, ya sabemos que eres un buen amigo.
Si alguien me pide que le aconseje sobre estrategia y dirección para su empresa, le interesa más saber que creé y dirigí una empresa para la expansión de un grupo español que este año se vendió por 30 millones de euros, que lo que estudié.
De hecho, no saben lo que estudié. Les importa un carajo.
¿Ves cómo va?
No funciona al revés: no me enseñes un título o me digas que te has leído 50 libros al año y pretendas que yo infiera que eres bueno y, por tanto, capaz de hacer algo.
Ahí estás intentando obtener la reputación sin los hechos que la respalden.
Hechos. Sustantivo de acción por excelencia. Hacer y hechos.
Recuerda eso cuando alguien te diga que Es… algo.
Si necesitas decir lo que eres, probablemente no lo eres.
Si tienes eso, tu reputación se construye sola porque es indiscutible.
- ¿Eres bueno o no?
- Aquí tienes mi título.
- Me lo paso por el perineo.
No estoy en el negocio del papel.
No estoy en el negocio de que me importen un carajo los títulos ni los libros que dices que consumes a ritmo de uno a la semana. Estoy en el negocio de los resultados, de la realidad. Enséñame lo que has hecho.
Ser depende de poder hacer. Es la acción la que hace ser.
¿Haces puentes que no se caen y funcionan?
Eres ingeniero.
- Es que no tengo el título…
Que me importa tres cojones, que eres ingeniero.
Que eso es lo que es ser ingeniero, no tener un título.
Que es una definición axiomática.
Otra cosa es que exista una regulación que te deje hacer puentes o no si no tienes un título.
La ingeniería en informática, que es la que yo estudié y yo soy ingeniero en informática porque software que piqué hace 20 y 15 años se ha usado para generar millones y millones, no está regulada.
Por eso es la que ha generado el 99% de la innovación mundial desde 1980.
El resto están tan reguladas que no pueden fantasear con crear nada nuevo. Pero ese es otro tema del que algún día podemos hablar.
Sigamos.
Bien, entonces, en la profesión a la que me dedicaba en mi lozana juventud tenemos a los que tienen el título de ingeniero en informática, como yo, y a los que no lo tienen, como Sam Altman, el CEO de OpenAI, los creadores de ChatGPT. Sam Altman dejó la universidad sin título.
Entonces yo Soy… ingeniero en informática y él no lo es.
¿Es así?
No hace falta que sea Sam Altman: muchos de mis amigos no estudiaron en la universidad, no acabaron la carrera, estudiaron otra cosa o vienen de profesiones tan alejadas de la noble ciencia de la computación como haber sido cuidadores de delfines.
Pero hacen software.
Hacen.
Y son buenos.
Muy buenos.
Son ingenieros.
Eso es Ser.
Veámoslo ahora al revés, por reducción al absurdo, a ver si tiene sentido.
The other way around:
- Tengo un título que dice que fui a un sitio con cientos de alumnos durante un tiempo y cursé una carrera llamada ingeniería.
No he hecho ninguna cosa en el mundo real que pueda enseñarte como resultado de mi acción relacionada con la ingeniería.
Entonces no eres ingeniero.
Pretender Ser sin hacer es la forma más sofisticada de autoengaño.
El ser y el ingeniero romano
Esta semana fui al encuentro de inversores de un fondo de capital riesgo en el que invierto y soy consejero, Archipélago Next.
Alguien mencionó allí que los ingenieros romanos estaban debajo cuando terminaban el puente.
O bien fue así, o bien muchos han descubierto que esa sería una buena manera de comprobar si alguien sabe hacer algo: que lo haga y ponga su riesgo directo en ello.
Ambas versiones me valen porque una sería real y la otra, una intuición humana plasmada en una historia.
Coño…
Darwinizar antes de Darwin.
Hacer.
No me enseñes ningún papel.
Show me what you got, son…
Los romanos lo tenían claro:
- Si cuando quite los andamios vives, es que eres un buen ingeniero.
Si no, no lo eras.
Desafortunado para ti.
Afortunado para los demás porque ya no podrás hacer más puentes.
Darwin es siempre tan preciso con lo que sobrevive y lo que no…
Qué significa esto para ti
Consideraría que te he aportado algo si, a partir de ahora, ponderas estos dos extremos y generas tu criterio propio:
Ser algo no lo determina un título ni muestras falsas para trucar status y generar falsa reputación, como decir que se leen 50 libros al año.
Ser exige hacer. Exige resultados en la vida real.
La máxima:Si tu filosofía es buena, funciona. Si no, no.
Ser ingeniero significa poder hacer ingeniería, no tener el título.
Concéntrate en ser.
Sé bueno en lo que haces, genera resultados.
Todo lo demás no importa.
Eso te abrirá las puertas y construirá tu reputación.
Recuerda también que tu capacidad de generación de dinero no es otra cosa que las oportunidades de monetización de tu reputación.
Si vas a contratar a alguien no seas impresionable. Date un paseo y espera a que se te pasen los calores.
No pienses que alguien es bueno por una charla o por vivir de vender cosas cuyos resultados no pueden comprobarse.
No hace falta que pienses o creas que alguien es bueno.
Puedes saber que alguien es bueno por lo que ha hecho, por sus resultados.
¿Esto es real en… la realidad?
Te dan una charla sobre dirección de empresas.
Quedas flasheado.
Qué buena es esta tía.
La contrato.
No.
Cuando se baje del escenario:
- ¿Podrías contarme un poco sobre qué empresas has dirigido?
- ¿Y qué tal te ha ido en esas experiencias?
- Me gustaría hablarte de un proyecto con el que tal vez puedas ayudarme.
Darwiniza.
La realidad no recompensa decirlo, sino hacerlo.
Lo que más me gusta es aprender. Eso también es cierto para conocer qué te ha parecido este artículo y qué te parece La Forja.
Cuéntame eso o cualquier otra cosa que quieras decirme mandándome un correo a josefortes@substack.com.