Gracias a los suscriptores que llevan en La Forja mucho tiempo y gracias a los nuevos que se van uniendo.
Artículos clásicos de La Forja por si no los has leído aún:
Esta semana te recomiendo estos artículos para que te pongas al día o para que los refresques:
#44 - Peor que no saber es saber algo que está mal. El framework de análisis correcto.
#45 - La máquina de cash flow: libertad, seguridad y poder crear
Lo más importante nunca se ve...
El Principito. Antoine de Saint-Exupéry.
En el artículo #46 te hablé de 5 claves para aprender bien.
Muchos me han preguntado pidiéndome profundizar en ellas.
En el artículo #69 te hablé de la definición y su vital importancia.
En el artículo #70 te hablé del patrón de la inversión y cómo puede ayudarte a aprender lo que está en la otra cara de la moneda.
En el artículo #72 te hablé sobre la evocación y la repetición espaciada como clave para solidificar lo aprendido.
En el artículo #73 te hablé de conectar lo que intentas aprender con conocimiento que ya tienes para solidificar y fomentar la innovación.
En este artículo te hablo sobre la riqueza que está en lo que no se ve, pero sí existe.
El problema invisible
Cuando aprendes algo, todo tu enfoque suele centrarse en lo que está delante de tus ojos.
Las explicaciones.
La información explícita.
Los datos.
Lo que se ve.
El sistema educativo, y la forma estándar que tiene la mayoría de la gente para aprender, refuerzan este sesgo. Todo está diseñado para que mires lo obvio. Incluso las preguntas que se formulan son para comprobar que has memorizado lo obvio, no para saber si has descubierto cosas que faltan.
Está bien prestar atención a lo obvio porque es necesario, obviamente, pero no enseñar a mirar lo que no se ve, a cuestionar lo que falta, es un error para aprender bien.
El sistema te enseña a mirar lo que está en el centro de la foto, pero no el espacio negativo donde no está el protagonista.
Esto es un problema porque la comprensión profunda de un tema exige tener en cuenta lo evidente y lo no evidente. Lo palmario y lo oculto, pero que está e influye.
Aprender bien exige entender que hay capas invisibles que complementan y enriquecen lo que sí ves.
Aprender bien no es ver solo lo evidente; es ver también lo que está en la penumbra.
Aprendizaje silencioso
El aprendizaje profundo necesita ampliar la mirada. No basta con aprender lo que está a la vista; tienes que entrenarte para descubrir lo que no es evidente.
Mirar lo que no se ve es una herramienta poderosa. Ahí encontrarás información y contexto que otros ignoran.
Cuando exploras y aprendes lo que no se ve sobre un tema, consigues:
Más contexto para comprenderlo mejor.
Mayor profundidad y solidez en tu comprensión.
Mejores conexiones con otros conocimientos.
Lo que no se ve es tan importante como lo que se ve.
Algunos ejemplos de cómo puedes empezar a observar lo que no se ve y constatar cómo complementa lo que se ve:
Cuando aprendas algo, como una técnica de negociación, no te limites a las frases y fórmulas. En el caso de la negociación, observa el lenguaje no verbal y las emociones que nadie expresa, pero que están influyendo.
Cuando entrenes, no te limites a los ejercicios y repeticiones. Observa cómo influye lo descansado que estés, la energía que tengas en ese momento del día, tus emociones y tu mente en el rendimiento físico. Observa cómo lo que no se ve afecta lo que sí se ve: tu rendimiento en esa sesión. Descubrirás patrones que mejorarán tu rendimiento.
Al aprender un concepto, mira también las premisas no explicitadas detrás de ese concepto:
¿Por qué se formó así?
¿Qué alternativas hay?
¿De qué depende ese concepto para sostenerse, que no se menciona, pero es necesario?
La capa oculta de las cosas revela matices que multiplican tu aprendizaje.
Entrena tu visión periférica
Ver lo que no se ve no es un superpoder reservado a unos pocos; es una habilidad que puedes entrenar si quieres aprender bien.
Empieza a cultivar un hábito sistémico para interesarte por lo que no se ve, para cuestionar y descubrir:
Cuestiona lo obvio
Pregúntate qué supuestos estás dando por ciertos cuando aprendes algo. Busca qué no se menciona explícitamente, pero está actuando en el fondo.
¿Qué asume el autor o el profesor, pero no lo dice en voz alta?
¿Qué parte de la historia falta para que el concepto cobre sentido completo?
¿Qué contradicciones o lagunas hay que no se explicitan?
Explora el contexto oculto
Profundiza más allá del contenido principal para ver qué lo rodea y qué lo alimenta.
Investiga la cultura, la historia y los actores involucrados, así como sus intereses particulares. Todo eso y más forma el ecosistema de lo que estás aprendiendo.
¿Por qué se enseña así y no de otra forma?
¿Qué hay en la cultura o en la historia de la disciplina que lo explique mejor?
¿Qué intereses puede haber para que se plantee de esa forma? ¿Se podría plantear de otra?
Conecta lo invisible con lo visible
Une lo que no se ve con lo que sí se ve para construir una comprensión más completa. Haz un mapa mental o esquemas que incluyan estos elementos invisibles como parte esencial de lo aprendido.
¿Cómo lo que no se ve explica o complementa lo que ya entiendes?
¿Qué nuevas conexiones surgen cuando incluyes estos elementos invisibles?
¿Qué cambia en tu forma de aplicar lo que has aprendido cuando consideras también lo que está en la sombra?
Mirar lo invisible es como encontrar la otra mitad de una foto: completa la imagen y la hace más real.
Aplícalo para aprender
Saber que lo invisible importa es solo el primer paso.
Importante.
Clave.
Pero es solo el primer paso.
Lo que transforma tu forma de aprender es integrarlo en tu día a día.
Hay cosas que no se ven, pero sí existen. Al aprender ocurre lo mismo: para aprender bien, tienes que explorar lo que se ve y lo que no se ve.
Practica esto para ponerlo en marcha:
Los dos mapas
Elige un tema que estés aprendiendo.
Haz un primer mapa: anota todo lo que has aprendido, lo que está a la vista.
Haz un segundo mapa: piensa en todo lo que no está a la vista. Las suposiciones, los intereses, la cultura o los vacíos que rodean ese tema.
Compara ambos mapas para entender cómo lo que no se ve sostiene o condiciona lo que se ve. Busca relaciones.
La conversación incómoda
Explica a alguien lo que has aprendido y cuéntale también lo que crees que no se ve. Explícale lo que has descubierto por tu cuenta o lo que intuyes que forma parte del tema, pero no se menciona.
Pregúntale si ve otras capas invisibles que tú no has notado.
Esa conversación te obligará a ampliar tu visión y a detectar nuevas piezas del puzle.
La construcción de un sistema
Una vez a la semana, elige algo que hayas aprendido y dedica 30 minutos a reflexionar sobre qué parte de eso es invisible.
Hazlo con la mentalidad de explorador: sin juzgar, sin buscar respuestas perfectas. Solo busca lo que no habías visto.
Ese hábito entrenará tu capacidad para descubrir lo que casi nadie mira. Este hábito te ayudará a tener en cuenta lo que no se ve para que pase a formar parte de tu sistema de aprender bien.
El verdadero aprendizaje exige no solo acumular información, sino aprender a ver lo que otros no ven.
Integrar este patrón no solo cambia tu forma de aprender, sino que también te mejora en tu vida en general.
Cuando haces este ejercicio de forma constante:
Empiezas a ver matices donde otros solo ven lo obvio. Un día, los matices te parecerán tan ricos o más, tan clave o más que lo evidente.
Descubres oportunidades y conexiones donde otros ni siquiera sabían que se podía mirar. Eso te da ventaja al aprender y en las oportunidades que descubres en la vida.
Tu aprendizaje avanza un paso más para dejar de ser superficial y avanzar hacia una forma de entender el mundo de forma profunda y tomar mejores decisiones.
Lo que no se ve es un lugar lleno de tesoros para quien se atreve a buscar.
Si te interesas por lo que está en los márgenes, en las sombras, descubrirás un enorme potencial para aprender mejor.
Empieza hoy y avanza desde ahí.
Lo que más me gusta es aprender. Eso también es cierto para conocer qué te ha parecido este artículo y qué te parece La Forja.
Cuéntame eso o cualquier otra cosa que quieras decirme mandándome un correo a josefortes@substack.com.