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Artículos clásicos de La Forja por si no los has leído aún:
Esta semana te recomiendo estos artículos para que te pongas al día o para que los refresques:
La curiosidad es insubordinación en su más pura forma.
Vladimir Nabokov
En el artículo #46 te hablé de 5 claves para aprender bien.
Muchos me han preguntado pidiéndome profundizar en ellas.
En el artículo #69 te hablé de la definición y su vital importancia.
En el artículo #70 te hablé del patrón de la inversión y cómo puede ayudarte a aprender lo que está en la otra cara de la moneda.
En el artículo #72 te hablé sobre la evocación y la repetición espaciada como clave para solidificar lo aprendido.
En el artículo #73 te hablé de conectar lo que intentas aprender con conocimiento que ya tienes para solidificar y fomentar la innovación.
En el artículo #74 te hablé sobre la riqueza que está en lo que no se ve, pero sí existe.
En este artículo te hablo sobre seguir tu interés, tu curiosidad.
La forja equivocada
El sistema educativo se señorea de su curriculum oficial, que impone a hierro y fuego. Una barra de acero de longitud estándar, mismo grosor y misma aleación para todo el mundo.
Te obligan a que la calientes hasta que brille y la martilles durante 10, 12, 16 o incluso más de 20 años, según la estación educativa donde decidas bajarte.
El resultado son miles de espadas idénticas listas para luchar en las Guerras Clon. Todas diseñadas por un comité de expertos que jamás blandirá ninguna.
El sistema ni sabe cómo eres ni te pregunta si quieres ser tú.
Lo absurdo de este planteamiento es que cada persona es una aleación distinta. Uno es un pensador muy visual, otro prefiere probarlo todo de forma práctica, y un tercero quiere reflexionar sobre lo profundo durante horas.
Lo anterior no es excluyente entre sí.
Hay tantas aleaciones posibles como personas sobre la Tierra.
Pero el programa es único, uniforme y obligatorio: todos a 900 °C hasta que suene el timbre.
Así se funde y volatiliza la curiosidad: una valiosa chispa interna que activa el circuito de recompensa y ayuda a aprender mejor.
Ese crimen que es conocido como curriculum estándar común es, en realidad, una elección arbitraria. Podrías diseñar mañana mismo un contracurrículo completamente distinto y sería igual de válido…
… si dispusieras del poder para imponerlo.
Imponer.
En lugar de moldear tu acero particular, te prensan bajo el molde colectivo y celebran que salgas en serie.
Luego te desprecian por haber sido exactamente lo que querían que fueras: un clon.
Hazme un favor: indícame la última película que viste donde aparece como aspiracional seguir todas las reglas y ser exactamente igual a todos los demás.
¿Es Top Gun: Maverick (maverick significa inconformista; espero que los padres que están llamando así a sus hijos lo sepan)?
¿Es la lista de Schindler?
¿Es Star Wars?
Es…
Exactamente: ninguna.
Ni hay ni puede haber ninguna historia que sea referente para la humanidad y que glose las excelencias de un héroe que ha seguido los mismos pasos que todos los demás.
Si lo hiciera, no sería un héroe, por definición.
Las historias que lees y que ves en el cine iluminan la diferencia, lo único, lo especial.
El hacer lo correcto a pesar de las reglas y las consecuencias.
El negarse a vivir esclavizado por imposiciones ajenas.
Sin embargo, a ti siempre te dijeron que siguieras exactamente las mismas pisadas que todos los demás.
Eso incluye aprender lo mismo, en el mismo momento, a la misma velocidad.
Tu interés personal no sólo no importa, sino que es una inconveniencia que debe ser extinguida.
Una forja sin termómetro quema tanto el talento como la chatarra.
El sistema educativo tiene como objetivo construir exactamente lo que la sociedad desprecia.
Esa misma sociedad admira, precisamente, lo que su sistema educativo es incapaz de ayudar a forjar.
Tú decides si es cómico, trágico o las dos cosas.
El mentor, el tirano y la curiosidad
Cuando pones a alguien a aprender lo que le interesa y despierta su curiosidad, él mismo es el motor que empuja. El que enseña es solo guía y mentor.
Cuando pones a alguien a aprender lo que no le interesa, el que enseña tiene que dar empujones a lo que no se mueve y castigar como un tirano.
El tirano patrulla con cronómetro.
Amenaza con suspensos y partes.
El que tiene que aprender finge calentar el lingote, mientras su mente planea la fuga.
Esa energía desperdiciada que podría haber templado una hoja única; termina evaporada en fricciones inútiles.
Seguir tu curiosidad no significa ignorar todo deber, sino usar tu llama interna para fundir incluso el hierro que te llega impuesto.
Si mantienes vivo tu fuelle personal, lo que te interesa, y sigues tu curiosidad para aprender, ocurrirán dos cosas casi milagrosas:
Ahora sabes que eres libre. Te dedicas a aprender lo que te interesa. Eso lo cambia todo. Toda tu energía y todas tus posibilidades no están consumidas por lo que te dictan, pero no te interesa.
Aprenderás incluso lo que estés obligado a aprender, pero lo entenderás como un complemento a tu búsqueda guiada por la curiosidad, no como el núcleo.
Puedes verlo como: “voy recogiendo cosas que me pides por el camino que yo elijo”.
Saber que eliges tu camino lo cambia todo.Lo obligatorio, los peajes que tengas que pagar aprendiendo lo que no te interesa, pero necesitas, será arrastrado hacia adelante por la propia inercia de tu curiosidad.
La mejor forja es la que transforma incluso la chatarra ajena en acero propio.
Lo único que tiene sentido al aprender y en la vida es forjar tu propia espada. Diseñarla para tu mano.
No puedes dejar en manos de un tercero tu aprendizaje. Solo tú eres responsable de eso.
No te ayudará un plan de estudios, sino tu plan de aprendizaje.
Primar lo que te interesa al aprender no es un capricho; es una estrategia de supervivencia cognitiva.
Sesga tu aprendizaje hacia la chispa de tu curiosidad.
Sigue los temas que despiertan tu curiosidad. Haz una lista con ellos. Para cada tema, busca una fuente que combine rigor y pasión (libro, podcast, mentor).
El arte de saber picotear para detectar la veta de oro: explora esa fuente diez minutos y mide. Si has mantenido o aumentado el interés, continúa. Si baja, descártalo sin sensación de culpa. Es lo correcto. Lo absurdo es seguir dándole tiempo y energía a lo que no te interesa.
Transforma cada aprendizaje en acción inmediata.
¿Software? Crea un script.
¿Geografía mundial? Abre Google Maps y marca con pines los países reales donde se ruedan tus series de Netflix favoritas. Asocia una escena emblemática a cada pin. La capital se te quedará grabada sin esfuerzo.
Martillear sobre tu curiosidad es la garantía de no convertirte en herrumbre académica.
Poner en práctica seguir tu curiosidad
No me digas que lo haces.
Hazlo.
Tira del hilo de tu curiosidad como sistema
Registra
Ten siempre a mano una libreta o nota digital y apunta cada vez que algo te interese durante el día: un dato, una frase, un concepto, etc.
Marca con un círculo rojo la anotación que siga rondando en tu mente antes de dormir.
Al despertar, dedica 15 minutos a buscar una primera explicación: lee un artículo breve, mira un vídeo de dos minutos o escucha una microentrevista sobre el tema.
Pregunta para profundizar
Transforma tu apunte destacado en una pregunta que empiece por “¿por qué?” o “¿cómo?”.
Comparte la pregunta con algunos amigos con los que pierdes el tiempo a diario en Whatsapp (lo cual está bien con moderación).
Guarda la réplica más interesante y resérvala para profundizar el fin de semana o cuando sea que le puedes dedicar tiempo a estas cosas.
Sigue avanzando
Cada vez que encuentres una respuesta razonable sobre algo, formula inmediatamente una nueva duda asociada.
Convierte el proceso en un bucle continuo de aprendizaje: sigues tirando de tu curiosidad.
Revisa la secuencia completa cada fin de semana y observa hasta dónde te ha llevado.
Curiosidad compartida
Miniexplicaciones de 5 minutos
Elige un tema que te interese y piensa en una explicación sobre una parte concreta que sea breve, de cinco minutos, sencilla y directa.
Compártela por mensaje de voz o videollamada con un amigo. Exigirte claridad te obliga a entender mejor y a aprender mejor.
Pide a tu amigo que comente sobre ello: detectarás huecos en tu propia comprensión y descubrirás nuevos ángulos.
Tu reto aquí va a ser encontrar a los amigos con los que puedas compartir tus intereses a ese nivel.
Cambio de papeles
Cambia de papel al día siguiente: escucha durante cinco minutos la explicación de tu amigo sobre su propio tema de interés.
Comenta o pregunta algo sobre el asunto.
Reflexiona (evoca) sobre la mejor analogía surgida y considera incorporarla a tu propio mapa mental de referencias.
Revisión semanal mutua
El fin de semana cada uno comparte lo más interesante que aprendió gracias a las miniexplicaciones.
Vuelve al principio. Registra dos ideas que quieres investigar más a fondo la semana siguiente.
Seguir tu curiosidad y compartirlo con otros te obliga a aclarar tus propias tesis, enriquece y añade perspectiva externa a tus descubrimientos.
Una espada se templa en agua fría; el conocimiento se templa en la realidad.
Lo que más me gusta es aprender. Eso también es cierto para conocer qué te ha parecido este artículo y qué te parece La Forja.
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